El jueves pasado un taxista me comentaba mientras me llevaba al centro de Madrid, sonando de fondo Onda Cero en su radio, que en Madrid los tratos de favores, las supuestas corrupciones y todo aquello que nunca tendría que existir en política ocurre mucho más de lo que una persona de a pie puede imaginar.
El jueves la secretaria del PP, Maria Dolores de Cospedal abrió una investigación interna dentro de su partido para aclarar el último episodio turbio del primer partido de la oposición. Papel complicado. Debía tener valentía a tanta suciedad política, que sólo tiene detrás ambiciones personales.
En la investigación se veían implicadas las principales personas que el PP tiene en sus filas para los próximos años. Pensé que por una vez aunque fuese tarde ( ya llevan muchos años beneficiándose de ocupar un cargo público) podía tener su fin, que es en definitiva lo que tiene que ocurrir en una democracia con este tipo de calaña.
Pero no fue así, Cospedal ante sorpresa de todos paralizó ayer de golpe y porrazo la comisión de investigación dentro de su partido. Todo una apuesta por la transparencia y claridad.
El taxista me comento: "no se preocupe por esto, dentro de unos días saldrá la señora presidenta y dirá -que su interés es la transparencia, la claridad, y la luz y taquígrafos- no se olvide, con todos los casos de supuesta corrupción dice lo mismo. ¿ Sabe usted como acabo el caso Tamayazo por ejemplo? Yo no y mira que escucho la radio, es otro ejemplo de que aquí colorin colorado la comisión de investigación ha acabado".
Pocos días ha tardado en tener razón el señor. Pero tranquilos porqué todo el guión está escrito y con un final feliz, de eso seguro, tiempo al tiempo. DEPLORABLE
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