

El edificio ha mejorado sustancialmente su aspecto con la recuperación de la cubierta y consolidación del edificio. A pesar de ello continúa siendo una total vergüenza y brecha social el aislamiento de España con Francia y viceversa a través de Huesca por ferrocarril, un sueño histórico y viable pero con poca voluntad política.
Desde 1995 llevan pregonando y vendiendo humo los políticos para su reapertura, todos los partidos políticos sin distinción, pero lamentablemente el peso de Aragón mejor dicho el censo electoral es el que es, y si a eso añadimos dos pesos pesados como vecinos pues las promesas venidas del gobierno central gobierne quien gobierne todavía son menos creíbles.
Mientras tanto, si tenéis la posibilidad de visitarla y perderos por todas su antiguas instalaciones de aspecto noble venido a menos, merece la pena. Las sorpresas están aseguradas y su rica historia desde que se construyó hace que Canfranc espere sin desesperar a un futuro más soleado.
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